Quiero que las personas que lean mis artículos o hablen conmigo se sientan, por encima de todo, comprendidas y empoderadas.
Sé lo increíblemente difícil que es tomar la decisión de criar a tu hijo solo, sobre todo cuando las personas más cercanas son las primeras en desanimarte. Conozco esas voces que te dicen que no vas a poder, que te vas a rendir, que ese no es el lugar de un hombre.
Mi lucha contra la depresión
Afrontar esa decisión es solo el principio. A eso se le suma el dolor de una separación sentimental, la angustia de tener que buscar una casa nueva, la soledad de una mudanza… Son decisiones que uno, por sí solo, casi nunca se siente capaz de tomar. Y si a eso le sumas una familia que, como la mía, te repite constantemente que «eso no es para hombres», el peso parece insoportable.
Pero lo hice. Lo hice solo, sin ayuda de nadie. Y hoy, ver a mi hija cada día, esa es mi mejor recompensa.
He tenido que aprender a hacer «cosas de chicas», a escuchar sus problemas, a vivir cada momento con ella. Y he tenido que enfrentar preguntas que te rompen por dentro, como cuando me preguntó: «Papá, ¿mi mamá no me quiere porque no vivimos juntos?».
historias de superación personal
Es en esos momentos cuando entiendes que todo el sacrificio, toda la lucha contra los prejuicios y toda la soledad, han valido la pena. Porque estás ahí para darle la respuesta, para abrazarla y para construir juntos una vida llena de amor y seguridad.
«Si mi historia resuena contigo y estás pensando en dar este paso, te recomiendo leer mi primer consejo para ti (y el más importante).»
